La Protagonista Mártir

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Cuando una está metida en la casa de la abuela (por genial y sumamente buena que sea dicha abuela) sin una conexión decente de internet y con muchas más horas al día que su inesperadamente pequeña provisión de dramas, terminan ocurriéndosele varias ideas y temas interesantes para escribir.

En esta siguiente entrada les traigo un tema que muchos pueden ya tenerlo por asumido, integrado a la perfección en nuestra base de datos de series – una prueba más de que estamos dramaculturizados: el carácter “mártir” de la protagonista principal.

Ahora bien, yo no he visto ni la mitad de dramas que otros allí fuera, así que les pido, humildemente, que me ayuden a desmentir o desentrañar esta característica que parece acosar a la gran mayoría de las protagonistas de los dramas actuales.


Todo empezó de una forma muy inocente. Viendo una serie aquí, otra serie allá, me encontré con mujeres, jóvenes o más grandes, que habían sufrido alguna clase de tragedia en el pasado y que las había llevado, en mayor o menor medida, hasta donde se encontraban en el presente.
It Started With A Kiss es la que primero se me viene a la cabeza, aunque de lejos no se trata de la primera donde lo noté: Xiang Qin, cuya madre está muerta (hago hincapié sobre esto porque, como notarán o ya han notado, la mayoría de las protagonistas tiene a alguno de sus padres muertos), vive con un padre al que no puede considerarse como alguien responsable, y nada más empezar la historia su casa se viene abajo a causa de un terremoto. Así, desamparada, termina hospedándose en la casa de un amigo de su padre, donde por casualidad vive también el amor de su vida.

Este drama (taiwanés) en particular está basado en un manga, así que no se ajusta a la perfección a este análisis de dramas coreanos y su reflejo en la psicología de la sociedad, pero creo que es un buen punto sobre el cual empezar.
My Girl, por su parte, comparte muchas de estas características: la madre de Yoo Ri falleció años atrás, y su padre es un embaucador bueno para nada que la lleva a rastras de un lado a otro de Asia, pasando por Japón, Corea, las Filipinas y vaya saber dónde más. Yoo Ri se ve en la necesidad (obligación moral) de ayudar a su padre, tanto consiguiendo dinero para pagar sus deudas como siendo la verdadera fuente de ingresos de la familia.

Ya que la mencionamos, pensemos en el resto de los dramas de las Hermanas Hong, que siempre vienen juntos: en Delightful Girl Choon Hyang, Choon Hyang vive sola con su madre, una apostadora empedernida que a menudo termina perdiendo su dinero, Jo Anna de Fantasy Couple, debajo de ese desalmado exterior buscaba honestamente tener una familia con su esposo y la gata, a causa de ser huérfana; Hong Gil Dong… bueno, en este caso el protagonista principal es él (y su vida sí que es sufrida), pero ella tampoco está libre de cargas, y en You’re Beautiful, Go Mi Nyu vive en un convento, con su hermano gemelo lejos y esperando poder algún día encontrar a su madre, ya que fueron dejados en un orfanato tras la muerte de sus padres.
Coffee Prince, donde la pobre Eun Chan, tras la muerte de su padre, tiene que encargarse de ganar dinero para su familia, una madre que gasta más de lo que ganan y una hermana en la secundaria, descuidando así su propia apariencia y, en cierta forma, su reconocimiento e identificación como mujer.
Otra a quien las tragedias la empujan y son la razón principal del drama es a Han Ji Eun, en Full House – con sus padres fallecidos, sus “mejores amigos” la mandan a un viaje a China sin forma de regresar y además venden su casa, junto con todas sus posesiones materiales.

La lista sigue y sigue… Bad Family, Personal Taste, Cinderella’s Sister, My Name is Kim Sam Soon, Coffee Prince, Dal Ja’s Spring, My Country Calls, Oh! My Lady, Partner, Really Really Like You, Last Scandal of My Life… bueno, que no les menciono todos porque quería hablar de los más populares.

Cuando la protagonista no tiene ya edad para lamentarse por sus padres, la figura paterna es intercambiada por un esposo u otro miembro de la familia que, por alguna razón, las ha arrastrado a su estado actual. En The Last Scandal of My Life, por ejemplo, Sun Hee es una devota esposa atada a un marido cobarde y débil que decide dejar a su familia por una promesa de dinero, y ella aún así se pasa más de la mitad del drama privándose de felicidad por aquél hombre – no que pueda culparla. Oh! My Lady, aunque en menor grado, también toma ese ángulo, con una mujer divorciada que a duras penas logra conseguir lo suficiente para llevar una buena vida junto a su hija, y que tiene que aguantarse a un ex marido que la engañó con otra y que ahora se ha vuelto a casar, sin deseos de hacerse cargo de la niña.
Los problemas pueden volverse más serios que un simple “accidente” o “caracterización” del protagonista, cuando realmente causan un obstáculo o arruinan la paz de la protagonista, como en el caso de Que Sera Sera, cuando la madre de Eun Soo arregla que trabaje en un ‘bar’ de reputación dudosa – burdel sería una mejor definición – a fin de pagar una deuda que contrajo con otras mujeres. Esta escena en particular es tanto patética como graciosa, pero roza demasiado la realidad de muchísimas jóvenes y niñas como para estar a gusto.
Una de las (pocas) escenas que llegaron a tocarme en Get Karl! Oh Soo Jung fue cuando Soo Jung charla con su madre, quien sufre de demencia prematura, y ésta le dice: “Ahora que estoy lúcida, mientras aún recuerdo, fíjate en ese baúl, donde guardé joyas para dártelas a ti cuando volviéramos a vernos” – Soo Jung, feliz al ver a que su madre la había reconocido, busca el baúl y lo abre, pero sólo encuentra collares de cuentas y otras baratijas de plástico. La madre, sin embargo, encantada, alaba las ‘perlas’ y los ‘zafiros’, y pone collar tras collar en el cuello de su hija. Ésta madre se trata de una mujer que abandonó a su familia muchísimos años atrás, dejando a Soo Jung sola con un padre de voluntad débil, que gasta demasiado dinero y sin un trabajo que realmente traiga ingresos, y con un pequeño hermano al que criar.

A lo que quiero llegar con esto esto es... ¿porqué? ¿por qué tanto sufrimiento para nuestras pobres protagonistas? ¿Es realmente necesario colocarla en un nivel "inferior" al protagonista masculino, para que tenga que (o al menos la beneficie) depender de él llegado el momento? Y eso que ni siquiera me puse a enumerar los dramas donde la chica es más pobre que el hombre, porque entonces estaría hasta Año Nuevo y esta entrada nunca vería la luz. ¿Se trata, sino, de otro esfuerzo más para recalcar la "pureza", "integridad", "fuerza de voluntad" y "virtud" de las protagonistas? ¿Colocarlas ante la adversidad y demostrarnos, a través de su bondad y de su amabilidad, lo buenas que son? Si es así, ya me hace recordar al dicho que me dijera una vez mi abuela, que se decía en el campo: esposa buena es la esposa sufrida

También me parece interesante ver cuántas protagonistas vienen de familias que no corresponden al canon clásico coreano, siendo que el núcleo familiar es tan importante para ellos. Huérfanas, con un padre o una madre muertos, quizás hija de madres solteras... me resulta muy,muy interesante ver cómo estas mujeres, que provienen de una familia "mal vista" es la sociedad coreana, logran alcanzar un final feliz o al menos prometedor - y lo que es más, que el público televidente festeje esto.

¿Qué les parece a ustedes? ¿Por qué podría ser esta característica casi clásica de los dramas? ¿Hay algún drama que yo no haya mencionado y que les gustaría mencionar? Adelante!! Este es un tema que siempre me ha tenido curiosa, y me gustaría investigar el "Efecto Cenicienta" más a fondo junto a todos ustedes.

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