I’m A Legend: Episodio 2

Llega el segundo episodio de I’m A Legend. Estuve lidiando con unos problemas de blogger y el administrador de imágenes, así que me tardé más de lo que esperaba… de hecho, ahora estoy probando un nuevo software; ya veremos cómo termina.

Lo dije ya en un comentario, pero ahora de hecho estoy feliz de que Kim Sun Ah haya decidido dejar el drama; al segundo episodio, ya no podía imaginar a otra Seol Hee – Kim Jung Eum ha hecho un gran trabajo a la hora de darle vida a nuestra heroína, con grandes dosis de vulnerabilidad, fortaleza y una vena violenta de “fui un gángster en mi vida pasada” que me encanta.

Muchos sucesos en este episodio: la leyenda de Seol Hee y la Banda Mandonna no hace más que comenzar.

2 - [I'm A Legend OST] (Ésta es la canción que la banda tocó en vivo, al principio del episodio anterior)

Episodio 2:

Tras el silencio inicial, el Señor Cha exige una explicación. Una de las hermanas de Ji Wook admite que la hermana de Seol Hee tiene cáncer y que Madre no la deja donar, ante lo cual Seol Hee interrumpe diciendo que no es sólo por Jae Hee, pero no puede seguir hablando y se va.

 El Señor Cha tiene dificultad en entender cómo llegaron las cosas hasta ese extremo, y manda a callar a su esposa cuando ésta trata de defenderse. “Para Seol Hee, su único familiar de sangre es esa niña, ¿y estás diciendo que no querías dejar que la ayudara?” Regaña a su hijo por no haber tomado acción, y luego le dice que calme a Seol Hee y eche la culpa sobre su madre.

 Ji Wook va a sus departamentos (una casa continua) y le dice a Seol Hee que ésta vez ha ganado, así que ya puede dejar de actuar y disculparse con todos para volver a la normalidad. Después repara en la maleta, y exige saber qué es eso. Seol Hee, sin mirarlo, declara que se va a ir al hospital, y que espera que le mande los papeles del divorcio. Ella pensaba ser capaz de soportarlo todo, pero ahora se da cuenta que no puede. Cuando él le pregunta a qué se refiere, ella exclama que a todo.

 “Estaba bien con tu familia oh-tan-genial tratándome como un mendigo. Esa clase de humillación… no es nada comparada a cómo he vivido. Pero tú… jamás deberías haberme tratado así. Me querías. Salíamos porque nos queríamos, y porque nos queríamos hubo un nin—“

El Abogado Cha no se lo cree. Para él, aquello no es nada más que una actuación dramática – cómo podría renunciar a los lujos de aquella vida? Lo que es más, un divorcio no forma parte de sus planes: simplemente no va a dejar que su imagen se vea perjudicada, y mucho menos por alguien de su ‘calaña’.

 

Me encanta esta imagen, porque aquí – haciendo uso de los espejos – se ve a Seol Hee acorralada por su esposo, que la está atacando verbalmente, pero ella se mantiene firme.

Semejantes palabras no hacen más que fortalecer la decisión de Seol Hee. Indignado, Ji Wook grita: “¡No te dejaré ir, aunque mueras! ¿Crees que no puedo?” y ella le devuelve el golpe declarando que lo demandará. Aún si ningún abogado puede contra él – no, incluso sin un abogado, incluso peleando ella sola, va a conseguir el divorcio.

Con aquellas palabras sella la discusión, y también la puerta de la casa. Ya en el presente, Seol Hee echa un último vistazo hacia atrás antes de irse. Su cara, sin embargo, no está tan triste como en el episodio anterior: su mirada casi está en paz.

En el hospital, Seol Hee se prepara para la cirugía, y los médicos se muestran optimistas. Su hermana ha estado respondiendo bien a la quimioterapia, e incluso abre los ojos para mirarla.

En otro lado de la ciudad, cierto grupo está tocando una canción ochentera, en lo que parece ser un bar/restaurante. El Presidente de la compañía tratando de venderlos como un gran paquete al dueño del local, pero Soo In no está contenta: aquél no es el estilo de sus chicos. Los muchachos también están molestos, pero el que manda es él, y el contrato ya está firmado. Resulta que el negocio no está yendo muy bien, y necesitan el dinero.

Hwa Ja llama a Soo In desde el taxi de su marido, preguntándole si ha escuchado noticias de Seol Hee. Tal parece que hace un tiempo desde la última vez que hablaron. Ohhh, así que Seol Hee no las ha puesto al corriente~ Ya puedo imaginarme la reacción de ellas.

Susodicha en cuestión se encuentra ocupada estudiando y llenando papeles para su demanda. Nada más entregarlos comienza a recordar las desdeñosas palabras del Abogado Cha, y en lugar de irse decide hacer de oyente en un juicio de divorcio. Todo va bien hasta que la defensora del acusado se levanta, y Seol Hee reconoce a la mujer que ya viera dos veces atrás, riendo con su esposo y llegando de noche a la oficina.

Por si eso no fuera suficiente, la puerta se abre una vez más y quién podía ser sino Cha Ji Woon en persona. Seol Hee se tapa el rostro con su libretita dorada, sin terminar de entender qué hace allí. La Abogada Oh, como la llama su rival, sonríe al verlo, justo después de asestar el golpe final a la demandante. El intercambio de miradas no se le escapa a Seol Hee.

Ambos dejan la corte juntos, compartiendo una charla amena donde Ji Wook nos muestra por primera vez una actitud vagamente similar a la de un ser humano. Seol Hee, por detrás, los observa mientras se van, antes de mirar hacia otro lado y suspirar.

La escena cambia y vemos a los abogados compartiendo unas copas de vino. Ji Wook toma aire y dice que su esposa quiere el divorcio, ante lo cual Oh Seung Hye sólo lo mira y pregunta, tranquila, si es a causa de ella. No hace falta ser un genio para ver la relación que mantienen estos dos. Después le pregunta si no está feliz ante el hecho de que Seol Hee haya sido la que lo pidió, pero Ji Wook dice que no se puede divorciar – si iba a hacerlo en el futuro no debería haberse casado en primer lugar, así es como es su familia.

Ácidamente, Seung Hye le pregunta si su familia es la única razón – y antes de pensar en que los celos fundan su pregunta, vemos cómo tira la revista que estaba leyendo sobre la mesa, donde un extenso reportaje habla de él y su esposa como el cuento de una Cenicienta moderna. Parece que su casamiento con Seol Hee (y más importante aún, el estatus social de ella) le han traído atención positiva, mostrándolo como un hombre amable, romántico y honesto… y a nadie se le escapa las líneas en negrita que leen ‘Posible Candidato del Partido Parlamentario’.

 “¿Qué significo para usted, Abogado Cha?”

Oh Seung Hye no me parece una harpía sin corazón, y si bien no parece sentir remordimientos ante su rol de amante, algunas de las cosas que dicen me hacen ver que preferiría no estar en esa situación.

Interrumpe su charla una llamada urgente, y Seung Hye sale corriendo. Su hijo, Noo Ri, está en cama con fiebre.

Lo siguiente que vemos es a un Tae Hyun llegar corriendo al hospital. Llega hasta una puerta, la abre y… sí, se encuentra con Seung Hye y Noo Ri. Seung Hye no lo recibe muy contenta, pero Tae Hyun está demasiado preocupado como para prestar atención.

“Ésta es la última vez. Si vuelves a desatender a Noo Ri una vez más, te lo quitaré.”

Tae Hyun no dice nada – ni la mira. Noo Ri abre los ojos y llama a su padre, devolviéndolo a la realidad. Tardamos un tiempo pero finalmente lo vemos sonreír, preguntándole si se siente muy mal. El nene pregunta por su madre, y Tae Hyun le dice que se tuvo que ir porque está muy ocupada. Es él quien tiene la custodia de su hijo (arriba los padres solteros!), y se nota que lo adora. Noo Ri pide perdón porque la Abuela llamó a Seung Hye, aunque él le dijo que no lo hiciera.

“¿Por qué no puede? Debe llamar a Mamá y a Papá lo más rápido posible.”

“ Cuando Mamá se enteró, se enojó contigo.”

“ Ah, eso… eso es porque Mamá estaba muy preocupada por ti, porque estás enfermo. Mamá se molesta cuando estás enfermo.”

“ Estoy bien ya. Dile a Mamá que no siga molesta.”

Noo Ri no puede ser tan tierno. Mi agrio corazón de crítica de cuartetos amorosos trillados se desarma ante su dulce vocecita.

Soo In y el CEO de la agencia tratan de conseguir un favor de un viejo conocido de él, que ahora trabaja en un programa de música, pero son ignorados. Cuando están saliendo reconocen a Ran Hee, quien se comporta más amable con ella que con Seol Hee y Hwa Ja. Ran Hee les dice que un productor la llamó para estar en el show pero que ella decidió que el concepto no era el apropiado – cuando todo apunta a que estaba intentando lo mismo que ellos, pero para sí misma. Ja!

En casa de Jae Hee, Seol Hee está tratando de hacerla comer. Le dice que se quedará allí por un tiempo, ‘para cuidarla’. Su hermana le dice que no es necesario, porque se irá a los Estados Unidos en un mes – y no tarda en preguntar la verdadera razón por la que quiere quedarse allí. No olvidemos que es la hermana inteligente.

Seol Hee confiesa que va a divorciarse de Ji Wook – y lejos de alegrarse, Jae Hee comienza a tantear el terreno preguntando si su cuñado tiene problemas de mujeres. Seol Hee asegura que no, por lo que debe de ser lo que ella dijo, verdad? Por culpa de ella, ahora… Seol Hee la interrumpe, negándolo.

“Es sólo que… ya no puedo vivir con él. Creo que voy a lastimarme, tratando de ser algo que no soy. Quiero respirar.” Sonríe, pero sus ojos ya tienen lágrimas. Jae Hee mira hacia otro lado y le pregunta si Ji Wook quiere lo mismo, y su hermana niega con la cabeza, sin hablar.

“Entonces vive aquí. Siento haberte dicho esas palabras tan duras, unni.”

“No, Jae Hee. Hasta ahora, he vivido engañando a todos. Engañándote a ti, engañándome a mí… Pero ahora quiero vivir como Jun Seol Hee. Después de tomar esa decisión, no sabes lo aliviada que me sentí. Como borrar una pesada capa de maquillaje que ahogaba mi rostro… me siento refrescada, como si pudiera volar.”

Su sonrisa es sincera, pero las palabras y los sentimientos aún duelen. Ambas hermanas se abrazan y hacen las paces, mientras a Seol Hee se les escapan las lágrimas y repite una y otra vez, “Está bien, está bien”.

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Normalmente cada vez que aparece la palabra ‘cáncer’ en los dramas gruño de exacerbada, porque es algo así como el ‘Cliché de los clicheces’, y me parece muy conveniente la despedida de su hermana, pero dado que lo usan al principio de la serie voy a cerrar los ojos y dejarlo pasar.

Por ahora.

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Cha Ji Wook y su padre se encuentran tomando un té junto a un miembro de un partido político interesado en fundar su campaña, porque necesitan a alguien como él para su nueva imagen, alguien que ha triunfado tanto en el trabajo como en la familia. En especial con las mujeres votantes, asegura el hombre, entre quienes su historia de amor ha probado ser un gran éxito.

A Ji Wook se le agria la sonrisa y sólo puede intentar evadir el tema con un ‘no estoy interesado, de momento’, pero su padre le pregunta, ya en el auto, si su nuera tiene algo que ver con el asunto. ¿Acaso lo atrapó engañándola con alguien más?

Ji Wook le asegura que no (pero no es que no haya nadie, precisamente). El Señor Cha entiende las dificultades que ha pasado Seol Hee en su casa, así como también sabe que su hijo no guarda sentimientos hacia ella. Le dice que si no logra hacerla entrar en razón debe pedirle perdón y decir que estaba equivocado, y no dejar que ningún rumor salga a flote.

Soo In convocó a sus compañeras a donde practican sus chicos, aprovechando que tienen unas horas antes de que lleguen, y es entonces cuando finalmente vuelven a ver a la desaparecida Seol Hee – quien ha sufrido un interesante cambio de vestuario.

Seol Hee las tranquiliza respecto a su hermana y después, como quien no quiere la cosa, le pregunta a Hwa Ja sobre aquella persona que podría darles un escenario para tocar. Los ojos de Hwa Ja poco más y se caen de sus cuencas, tanta es la sorpresa que le da.

 “¡Te conviene no cambiar de idea después!” Exclama Hwa Ja, pero Seol Hee es una mujer nueva – ante el comentario de que su familia política se volvería loca de enterarse, le quita importancia diciendo que tampoco es como si fuera a ser una presentación en vivo. Hwa Ja se va a arreglar los detalles en una llamada. Las chicas no pueden contener su entusiasmo.

Entusiasmo es lo que falta en la casa de Cha Ji Wook. La madre, que toda de negro parece como si acabara de regresar de un funeral y estuviera a punto de desmayarse, sostiene los papeles de divorcio mandados por Seol Hee. En cuanto llega el Abogado Cha la Señora Hong se levanta y le muestra la demanda; Ji Wook rápidamente le dice que él se encargará de todo, y le pide que no diga ni una palabra de esto a su padre.

En la soledad de su departamento, Ji Wook se permite un par de respiros antes de volverse todo berseck y comenzar a destruir las cosas de Seol Hee, rompiendo los perfumes, tirando la ropa al suelo, rasgando vestidos… digamos que le explotó la cabeza. La subestimó; no pensó que fuera capaz de llegar a ese extremo.

Al día siguiente, se reúne en su oficina con Seung Hye, para mostrarle la demanda y recordarle, una vez más, que la palabra “divorcio” no puede salir ni en su diccionario. Ella le pregunta, pues, qué pretende hacer para detenerlo – la última vez que me fijé, no puedes evitar que tu esposa se separe de ti sólo porque a no te dé la gana – y él le dice, crípticamente, que debe ayudarlo para que Seol Hee ni siquiera considere conseguir un divorcio, arreglándolo todo sin tener que ir a la corte.

Eso puede significar nada bueno. Me huelo presiones políticas y llaves chinas proverbiales en el futuro.

El mismo día de la esperada función, Guitarrista X queda out porque no puede aparecer, pero no teman: Soo In llega al rescate con un reemplazo, Yang Ah Reum. La pobre parecía asustada ante la presencia intimidante de Hwa Ja (no la culpo) y Seol Hee. Ah Reum se rehúsa a tocar junto a “estas ahjummas”, y Seol Hee toma una diplomática decisión:

“¡No te resistas! Hey, ¡métela rápido!”

Instruir a su General (aka Hwa Ja) para que la cargue en el auto y arranquen antes que pueda irse. Lo siento, nena, pero la función es importante.

Un gritito por parte de moi [sí, ‘moi’; son las 7 de la mañana y no he dormido, puedo permitírmelo] al ver al Jefe de Hwa Ja, interpretado por mi adorado Im Hyeon Sik. Esto va a estar genial. Las mira y sólo pregunta si la del medio (Ah Reum) no debería vestir otros pantalones. Lo amo.

La cara de Seol Hee dice ‘A dónde nos estarán llevando…’, pero no están es posición para ser quisquillosas, así que siguen adelante en silencio. Pronto encuentran la respuesta: una tarima de madera en mitad de la calle, en lo que voy a asumir es una reunión de cincuentones. El público sí que está compuesto por ahjummas y ahjussis – y a las chicas no.les.gusta.

Es el turno de Soo In de sentirse avergonzada y querer irse al diablo, pero Hwa Ja no quiere decepcionar a su jefe. Seol Hee se rinde y lo toma como un desafío personal, ‘enloquecer a la multitud’. Rock & Roll, baby.

Madonna Band se escribió una partitura al vuelo, y Ah Reum la está siguiendo como a la biblia. Seol Hee se las ingenió para hacerle arreglar una canción y darle el aire Trot necesario, pero sin perder su esencia rockera. Los gritos llegan de a poco, pero entre la letra y el carisma que destila de nuestras chicas, el público no tarda en ponerse de pie.

Lo que más me gusta, a parte de la presentación en sí – voy a admitir que el Trot es uno de mis puntos débiles – son los pequeños ventanas a sus vidas diarias: las andadas de Seol Hee, estudiando para su divorcio, Hwa Ja vendiendo sus productos de aloe a fuerza de sonrisas, Soo In con su banda. Y hacia la mitad, Ah Reum hasta comienza a sonreír y divertirse. El mini concierto es todo un éxito.

Días después, cuando Seol Hee está saliendo de su casa, se encuentra con la no-agradable sorpresa de ver al Abogado Cha esperándola. El hombre le pregunta, nada más verla, si se quiere divorciar para andar por allí en semejante estado. Viene con fotos, muchas fotos, de la presentación en el mercado. Alguien está muy furioso.

Seol Hee no le da importancia y declara que va a vivir como se le dé la gana. Ji Wook no parece estar de acuerdo, ya que ella aún es su esposa, y debe comportarse apropiadamente. Nada de esto le interesa a ella, y le restriega en la cara que semejantes ‘visitas’ pueden ser usadas después como evidencia de acoso en la corte. Ji Wook no puede hacer más que observar cómo se va.

¿Puedo decir que la ropa nueva le queda genial?

A Soo In no le está yendo bien – sus chicos (de ahora en más los voy a llamar BBS, pero tengan en cuenta que la banda real está compuesta sólo por 4 de los cinco muchachos en el show), enojados por tener que tocar canciones anticuadas, han desaparecido. El Presidente de la agencia está más desesperado que molesto, ya sea por el futuro dinero que parece haberse esfumado del horizonte o porque realmente se preocupa por ellos. Me inclino por la primera opción.

Soo In no debería preocuparse tanto – al igual que un monje en busca de iluminación, al igual que los samuráis en las películas japonesas, al igual que… ya se me cortó la imaginación, BBS se largó para buscar a un Maestro, Maestro que ya tiene nombre y apellido: Jung Tae Hyun.

“Por favor, ¡enséñenos! ¡Trabajaremos duro!”

Noo Ri los aprueba, y por lo visto eso es todo lo que Tae Hyun necesita.

Hay una escena en la biblioteca que es demasiado graciosa como para no mencionar: un extraño se queda observando las piernas (y sección superior de Seol Hee), y ella asume que la está siguiendo bajo orden de Ji Wook. Pobre hombre.

Es allí donde recibe un mensaje de Soo In, contándole la mala noticia. Soo In está devastada: sus niños, en los que vertió todo de sí – tiempo, esperanzas, esfuerzo, dinero… se han ido. La compañía ni siquiera tiene dinero para pagar compensación por el show que no van a dar. Aún así, más que todo eso, lo que realmente le duele es que la hayan dejado así, con sólo una carta, siendo que ella realmente los quiere.

Gracias a Ah Reum, las chicas averiguan la dirección de su escondite y van a buscarlos. Tae Hyun está allí corrigiéndolos. BBS recién empieza a tocar por segunda vez cuando ver a su agente (ex-agente?) y se congelan de inmediato. Soo In, sin embargo, se las agarra con Tae Hyun.

Se trata de un encontronazo de dos frentes: por un lado, Soo In está furiosa porque siente que se los ‘ha robado’, la misma persona que días atrás los había desprestigiado. Ta Hyun, por su parte, la desdeña y la junta en la categoría de muchos otros agentes que encarcelan cantantes jóvenes e inocentes bajo promesas de fama y fortuna.

Seol Hee no aguanta quedarse quieta, y decide meterse en la refriega. Cuando Tae Hyun le pregunta quién es – oh, cómo amé esto – Seol Hee balbucea por unos segundos pero recupera su fuerza y dice: “¡Era tu fan hasta hace cinco minutos! Después de todo, sigues siendo tan arrogante como en el pasado”.

Después se vuelve hacia los chicos, y los regaña, diciendo que los verdaderos hombres son leales y que antes de hablar de una banda deberían primero aprender algo de lealtad. “No necesitas semejantes perdedores,” le dice a Soo In, y se van.

Tae Hyun sólo las observa, ligeramente interesado por lo que dijo ella, de haberse conocido tiempo atrás.

Ha sido Seung Hye quien contrató a un ninja espía para seguir los pasos de Seol Hee, y se encuentra mirando las fotos que después le dará al Abogado Cha cuando algo llama su atención: su ex esposo aparece en dos de ellas. ¿Cómo es esto posible?

En la corte, marido y mujer se encuentran, ambos con esperanzas muy diferentes puestas en el resultado. Es la primera audiencia, la última oportunidad para resolver todo sin tener que enfrentarse a un juicio público. La libertad de Seol Hee, o el futuro de Ji Wook - ¿Quién conseguirá lo que busca?

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Comentarios:

Kim Seung Soo es un gran actor. No puse muchas imágenes de él, pero es increíble el rango de expresiones que puede mostrar con sus ojos desorbitados. Muestra a la perfección la furia y la indignación de una persona de su “estatus”, que no puede permitirse arrebatos de rabia como la gente “normal”.

Hablando de rangos… Kim Jung Eum sabe llorar. Tengo más de 30 primeros planos de la cara de Seol Hee, con lágrimas en sus ojos, sobre sus mejillas, con una sonrisa agria, con una sonrisa enojada… hasta este momento no me había dado cuenta que muchos actores lloran siempre de la misma forma, y el que ella pueda ofrecer tantas diferencias suma mucho a la hora de creerse su personaje.

Temo que el drama del divorcio se alargue demasiado, y me molesta que Seol Hee haya decidido arriesgar el pescuezo en el tribunal por su cuenta. Entiendo que es una forma de mostrar su independencia, pero aún así. ¿Qué les parece a ustedes?